martes, 6 de junio de 2017

Comentando poesía de la experiencia: "Canción de brujería"

El texto que se propone para comentar es un poema, pertenece al género lírico y está escrito en verso. Con respecto a su contextualización, se enmarcaría dentro de la llamada “poesía de la experiencia”, una corriente poética que se inició en Granada en los años 80 del siglo XX y cuyo máximo precursor es precisamente el autor de este poema, Luis García Montero (este poema pertenece a su obra titulada “Habitaciones separadas”, publicada en 1994). Por ello, podemos encontrar en este texto varios rasgos característicos de dicha corriente, como el uso de un lenguaje sencillo y coloquial (“se acerque a pedirme tabaco”), un ambiente claramente urbano (“bar”, “calles”, “edificios”) y la expresión subjetiva de experiencias propias de la vida cotidiana y de sentimientos, especialmente amorosos, con los que al lector le resulta sencillo identificarse.

Con respecto al tema, se trata de un poema amoroso que adopta la forma de una oración o súplica que el poeta dirige a una deidad “profana” (a la que llama “Señor de la noche”) al que ruega que intervenga para poder conseguir el amor de una mujer. Se trataría de una especie de conjuro mágico (de ahí el título del poema: “Canción de brujería”) con el que el autor pretende conquistar a una mujer a la que parece haber conocido en un bar (tal vez sea la camarera, por eso de que quiere que le mire  “por detrás de la barra”) y que hasta el momento no parece haber mostrado interés por él (“quien no quiso mirarme”).

Desde el punto de vista externo, el poema lo componen veintiséis versos distribuidos en ocho estrofas: las tres primeras tienen tres versos cada una, la cuarta y la quinta tienen cinco, la sexta tiene cuatro, la séptima tiene dos y la octava consta de un solo verso. Son todos heptasílabos excepto el primero y el vigésimo, que son dodecasílabos, y el último, que es endecasílabo. El poema carece de rima, por lo que son versos blancos. El empleo de versos imparisílabos, especialmente de siete sílabas combinados con otros versos más largos, así como la ausencia de rima, son también características frecuentes en la poesía de la experiencia.

Internamente, podríamos dividir este poema en tres partes:

-         En la primera parte (tres primeras estrofas) el poeta inicia su ruego suplicando al Señor de la noche que la mujer se fije en él.
-         En la segunda parte (cuarta y quinta estrofa) continúa la oración pidiéndole al Señor que les permita estar solos, ya sea dentro del bar o en la calle, dependiendo de lo que ella prefiera.
-         En la última parte, le ruega que detenga el tiempo para que la noche se alargue hasta que ella se decida a corresponder su deseo.

En definitiva, el “conjuro” se articula en tres partes en las que el poeta reclama, primero, la atención de la mujer; después, un momento de intimidad (para disfrutar de un baile lento o de un beso en soledad); y, finalmente, el tiempo necesario para conseguir que ella decida quedarse a su lado. Además, de alguna manera la estructura externa del poema subraya esta división, porque tanto las estrofas que componen la primera parte como las que componen la segunda tienen el mismo número de versos.

Con respecto al lenguaje empleado por el autor, ya hemos comentado más arriba que el léxico es sencillo y coloquial (barra, tabaco, bar, canción, beso, calles, edificios), porque este tipo de poemas pretenden llegar a un público amplio (es una poesía para todos). Por esa misma razón tampoco abundan en el poema las figuras literarias y, las que aparecen, no complican su comprensión. El hecho de que se trate de una especie de oración hace que la mayoría de los verbos estén o bien en la segunda persona del modo imperativo, cuando el poeta se dirige al Señor de la noche (“haz”) o bien en la tercera persona del presente de subjuntivo, introducidas por la conjunción “que” y expresando deseo (“vuelva”, “busquen”, “se acerque”, “se vayan”, “se despueble”, “sepan”, “no cante”, “se retrase”, “duren”…). Este hecho hace que el poema, pese a carecer de rima, tenga el ritmo repetitivo propio de una oración o letanía, ritmo que se consigue fundamentalmente a través del empleo de anáforas (“Señor…”, “haz…”, “que…”, “Si…”) y de paralelismos (“que sus ojos me busquen-que la luna disponga”, “Si prefiere quedarse-Si decide marcharse”). Entre estos dos últimos versos se da además la antítesis (quedarse/marcharse), presente también en la primera estrofa (volver el rostro / no mirar) y en la sexta (noche / día, se retrase / duren). Aparte de los recursos de repetición, encontramos varias personificaciones (la luna disponga…, las calles sepan…) y algunos elementos de carácter simbólico (la luna, que simboliza el deseo alumbrando con su luz ese ansiado beso, o el canto del gallo, que representa el amanecer que rompería la magia del momento). El propio destinatario de la canción es también simbólico: la noche es el momento propicio para conseguir seducir a esa mujer. Por ello el poeta la personifica (el Señor de la noche) y le dirige su súplica con el deseo de que, cual conjuro mágico, surta efecto.


Con respecto a mi valoración personal, creo que se trata de un poema que presenta una forma original: me ha recordado a Calisto recurriendo a la magia para conquistar el amor de Melibea. Sin embargo, en este caso, el enamorado no recurre a una alcahueta sino al "Señor de la noche" y el ambiente cortesano se convierte en un escenario urbano mucho más corriente: un hombre que frecuenta un bar y que se ha enamorado de la camarera, o tal vez de una asidua al establecimiento, que no le hace ni caso. Un hombre que cada noche espera que se produzca el milagro y que esa mujer, de la que tan solo sabemos que tiene los ojos azules, se fije en él y le dé una oportunidad. Cualquiera que haya tenido un amor platónico de este tipo ha sentido alguna vez ese deseo: que me mire, que me diga algo, que nos dejen solos, que esta noche no termine nunca… Por eso la poesía de la experiencia nos llega. Porque la entendemos bien y porque podemos identificarnos con lo que en ella se cuenta. Y en eso Luis García Montero es un maestro.

Si os ha gustado el poema, os recomiendo ver los siguientes vídeos:

En el primero, que no se oye muy bien, Luis García Montero habla sobre la historia de este poema y lo recita:


En el segundo, podéis escuchar la versión musical que de este poema hizo Joan Manuel Serrat:


Este vídeo trata sobre el autor y la poesía de la experiencia:


Por último, en este enlace podéis ver una película documental muy buena sobre Luis García Montero y la poesía de la experiencia.

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