domingo, 5 de marzo de 2017

La Generación del 27

Concepto y nómina de autores

Pertenecen a la llamada Generación del 27 un grupo de escritores, conocidos sobre todo por su obra poética, que nacieron en los últimos años del siglo XIX (Pedro Salinas en 1891) o en los primeros años del siglo XX (Manuel Altolaguirre). Constituyen el grupo poético más conocido de la historia de nuestra literatura.

Debe su nombre esta generación de escritores a que en 1927 se reunieron para celebrar un homenaje en el Ateneo de Sevilla al poeta Luis de Góngora, cuando se cumplían trescientos años de su muerte. Esta es la célebre fotografía que se conserva de ese acto:



Aunque no cumplen todos los requisitos exigidos para que se pueda hablar con rigor de una generación literaria (cada uno tenía un estilo peculiar, no se alzaron contra la generación anterior, es difícil señalar a un líder…), sí podemos señalar que nacieron en fechas próximas, que eran universitarios y que muchos se dedicaron a la docencia, que existieron entre ellos relaciones personales muy estrechas, que participaron en actos colectivos propios… Tanto es así que se les conoce también como la “Generación de la amistad” (ver siguiente apartado).

Los autores consagrados de este grupo son Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Luis Cernuda, Emilio Prados y Manuel Altolaguirre (estos dos últimos han sido colocados injustamente en una segunda fila dentro del grupo). Por otra parte, siempre ausentes en los manuales están las mujeres del 27, conocidas como las “Sinsombrero”. Entre esas artistas, cuya obra es decisiva para entender un país que nunca las reivindicó, destacan en el ámbito literario María Teresa León, Josefina de la Torre, Rosa Chacel y Ernestina de Champourcín.

La “Generación de la Amistad”

Algunos de los contactos personales que pronto fraguaron en una amistad verdadera tienen que ver con los siguientes hechos:

  • La Residencia de Estudiantes de Madrid fue un lugar privilegiado de encuentro: allí viven algunos y allí acuden otros, atraídos por las tertulias y actividades culturales, en las que participan también grandes artistas de otras disciplinas, como el pintor Salvador Dalí o el cineasta Luis Buñuel.
  • Entre los actos culturales, destacan los organizados para el centenario de Góngora en 1927 (el del Ateneo de Sevilla no fue el único).
  • Colaboran en las mismas revistas, como La Revista de Occidente (creada por Ortega y Gasset), La Gaceta Literaria, Litoral (fundada en Málaga por Altolaguirre y Prados), Carmen y Lola (publicadas en Santander por Gerardo Diego), Caballo Verde para la Poesía (dirigida por Pablo Neruda)…
  • Muestra fidedigna de esa conciencia de grupo es la Antología preparada por Gerardo Diego en 1932, en la que incluye un significativo muestrario de la obra realizada hasta esa fecha por los poetas del 27.
En suma, hubo una apretada convivencia entre 1920 y 1936, a la que la Guerra Civil puso un brusco final.

El equilibrio entre tradición y vanguardia

Uno de los rasgos que más caracteriza la poesía de estos autores es su tendencia al equilibro entre la tradición y la vanguardia. Recibieron la influencia de las nuevas tendencias pero sin olvidarse nunca de la tradición, a la que quisieron renovar y fundir con lo más contemporáneo.

Su gusto por las formas métricas y los temas tradicionales se justifica por la influencia que ejercieron en ellos las canciones y los romances medievales, los autores del siglo de Oro (Garcilaso, Quevedo, Góngora, Lope…), pero también Bécquer o autores contemporáneos como Juan Ramón Jiménez o Machado. A ello se debe que escribieran romances, coplas, canciones… (por influencia de la literatura popular), pero también poemas cultos como sonetos (por influencia de la lírica culta) y que abordaran temas clásicos como el amor, la naturaleza, la muerte…

Por otro lado, la mayoría de ellos están también muy influenciados por las vanguardias artísticas que se desarrollaron en Europa en los primeros años del siglo XX y que defendían el irracionalismo, el subjetivismo, la experimentación… La que más influye en los poetas del 27 es el Surrealismo, aunque también hay otras cuya huella se advierte en algunos autores concretos (el Futurismo en Salinas, el Creacionismo en Gerardo Diego…). En general, podemos señalar como rasgos propios de la influencia vanguardista: el uso del verso libre o del versículo amplio, la disposición peculiar de los versos, la ausencia de signos de puntuación, el empleo de metáforas visionarias (donde se ha perdido la relación lógica existente entre el término real y la imagen), el uso de la acumulación caótica de imágenes… Con respecto a los temas, los poemas abordan asuntos que nunca antes había tratado la lírica: Salinas escribe a la bombilla o a la máquina de escribir, Alberti al billete de tranvía, a un portero de fútbol, a actores… El mundo de lo moderno entra de lleno en la poesía.

Evolución

Primera etapa (hasta 1928). Poesía pura, deshumanizada. Es notable la influencia de Juan Ramón Jiménez, que los orienta hacia una poesía “pura”, muy perfecta desde el punto de vista formal pero depurada de toda emoción (por ello se les tildó de fríos y deshumanizados). También hay en estos inicios una clara huella de los clásicos y, en concreto, de Góngora, que los llevó a cultivar estrofas tradicionales y a emplear audaces metáforas.

Segunda etapa (desde 1928 hasta 1931). Comienza a notarse un cansancio del puro formalismo y se inicia un proceso de rehumanización (pasan a primer término los sentimientos) que coincide con la irrupción del Surrealismo. (en el apartado anterior hemos comentado ya cuáles son los rasgos propios de la influencia surrealista en estos poetas).

Tercera etapa (de 1931 a 1939). Los convulsos tiempos que se viven en España (caída de la Monarquía, II República, estallido de la Guerra Civil) traen nuevas inquietudes y los acentos sociales y políticos se incorporan a la poesía. Algunos poetas, de hecho, adoptaron una concreta militancia política (como Alberti o Cernuda) y casi todos se mostraron partidarios de la República al estallar la guerra (salvo Gerardo Diego).

Cuarta etapa (desde el final de la guerra). El grupo se ha roto. Lorca ha sido asesinado en 1936. Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Aleixandre permanecen en España. Los demás parten a un largo exilio, desde el que escriben poemas sobre la guerra y sobre la nostalgia de la patria perdida. En España, la poesía deriva hacia un humanismo angustiado, de tonos existenciales.
Todos los autores del grupo siguieron en plenitud creadora hasta edad avanzada (el último en morir fue Alberti a finales de 1999). El Premio Nobel de Literatura de 1977 a Aleixandre fue, en cierto modo, la confirmación de la importancia de todo un grupo que dio a la lírica española una nueva Edad de Oro.

DOCUMENTAL




Este documental de Canal Sur es muy interesante porque, al tiempo que nos hablan de los autores del 27, asistimos a cómo unos jóvenes tratan de hacerles un homenaje a estos poetas a través de disciplinas artísticas que también se pueden considerar hoy en día “poco ortodoxas” (el rap y el graffiti).

Algunas ideas que son importantes en las que se insiste en este documental son:
  • Los poetas del 27, en su juventud, quisieron expandir el conocimiento, dar a todos las mismas oportunidades y cambiar el mundo y la concepción del arte que se tenía.
  • Eran rompedores, creativos, pioneros… y, sin embargo, nunca dejaron de beber de la tradición, nunca olvidaron sus raíces (andaluzas, en muchos casos) ni se alejaron del pueblo (la poesía estaba entonces mucho más cerca de la gente que ahora).
  • Aparte de escribir, hicieron muchas otras cosas: enseñar, pintura, teatro, cine, política, música…
  • Imaginaron una sociedad más justa, más libre y más solidaria (asistieron, durante la II República, a muchos cambios que habían anhelado: educación al alcance de todos, igualdad de géneros, voto para las mujeres…).


El documental plantea una cuestión interesante que ya hemos comentado algún día en clase: ¿qué es al arte?

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